Thursday, July 27, 2006

El colmo del cinismo

EL COLMO DEL CINISMO
Laura Fernández-Montesinos

Una avalancha de horribles sensaciones por la escalada bélica en Oriente Medio, predominan sobre los problemas diarios. Pero atados de pies y manos, porque ahora, como siempre, la voz de los pueblos solo son ecos que resuenan tras las ventanas cerradas de los lujosos despachos de los que, obnubilados, acuerdan la guerra por simple capricho. Un capricho que deja muerte y desolación, exacerba los odios contra los atacantes, y mutila cualquier deseo de paz, de solidaridad, de vecindad en paz. Un capricho que dice confrontar el terrorismo de Hezbollah por la invasión Israelí a un país contra el que se ansiaba la confrontación, porque lejos de ser una venganza por el secuestro de soldados que invadían otras fronteras, se trata de una invasión premeditada, estudiada y auspiciada, tras años de provocaciones contra un rival que no puede oponer más resistencia, que la carne de cañón de sus propios habitantes.
Ojo por ojo, dice la antiquísima ley del Talión contenida en el Levítico de la Biblia, en el Pentateuco de La Torá, y en el Talmud. Y en Éxodo 21. 23-25: …“Más si hubiera muerte, entonces pagarás vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pié por pié, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe…
Y todavía se escuchan frases llenas de cinismo que no hacen más que soliviantar la ya soliviantada existencia de quienes no estamos sentados en sillas presidenciales, de quienes nos preocupamos por la crueldad, la injusticia y la preeminencia del cinismo, del capricho, del sinsentido.
“La guerra es terrible, pero necesaria”.- Me dijo una alumna EstadoUnidense.
“Estas personas están faltas de valor moral”- Decía David Dadonn, embajador Israelí en México, en referencia a la carta firmada por los principales intelectuales de México contra la invasión del Líbano. Palabras que podrían haberme hecho estallar en carcajadas sino hubiese sido por la pesadumbre que se siente por toda esa gente que está siendo mutilada hasta en lo más profundo de su alma, de su país.
Es cinismo sin precedentes la falta del recuerdo histórico, del grupo terrorista israelí: Irgún, que en los años 30 y 40, sembró el terror en Palestina, masacrando a civiles con bombas en latas de leche que colocaban en mercados, asolando pueblos completos, y cuyo eco todavía es venerado por los veteranos terroristas que en la actualidad lideran al ejército israelí, que brindan con banderas y placas, mientras lanzan bombas en Líbano. Es cinismo que Estados Unidos acogiera a los criminales de guerra nazis, a los científicos alemanes y “enviara” a los judíos supervivientes al Éxodo, invadiendo la Tierra Palestina, para fundar el Estado de Israel, a costa de expulsar a sus habitantes. Es cinismo la guerra unilateral que está librando Israel contra la deseada y odiada tierra vecina, a la que ha invadido en varias ocasiones, siempre sin éxito. Con un potencial en ejército y armas, tan desigual, como lo fueron los ataques de Estados Unidos contra Afganistán e Irak. Es cinismo la escalada nuclear de estas potencias, mientras impiden a otras hacer uso de la misma energía, por temor a quedar igualados en potencial, lo que tornaría el poder unilateral, en bilateral. Y es que… a pesar de cómo lo denominan, para terroristas, el gobierno Estado Unidense y el Israelí, se pintan solos, mientras el resto de los gobernantes e instituciones mundiales, mira cobardemente con cierto estupor, pero sin mover un dedo. Porque por desgracia, este mundo solo se mueve por intereses petroleros, territoriales, armamentísticos, control del poder, y elimina a aquellos que dan la pauta, no importa si son observadores, periodistas, o cascos azueles de la maltrecha, desgastada, e inútil ONU.
La caída de la Unión Soviética, un alivio para el mundo, desequilibró los poderes, llevando a la búsqueda de nuevos enemigos fantasmas, y a la Tierra, a un callejón sin salida lleno de bombas.
Laurafdez27@hotmail.com